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Un blog diferente.

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martes, 9 de abril de 2013

Érase una vez.

Érase alguna vez...

Cuando soñábamos, cuando teníamos el poder creativo de los más grandes genios de la historia, cuando teníamos aquella energía inagotable que fluía a borbotones de nuestros frágiles cuerpos. Esa época ya pasó. La pregunta consiste en saber si esa capacidad latente en cada una de las criaturas que fuimos fue desarrollada y si no lo fue... ¿porqué?


Nacimos. Un día como cualquiera con mañana, tarde y noche. Hablando con Julián recordamos algo de la psicología que nos enseñaron en el colegio. Tras pasar, con un promedio oscilante entre 8 y 10, el test de APGAR comenzamos nuestro desarrollo normal dentro de los parámetros de la ciencia. Pronto, siempre sorprendiendo a nuestros padres, pronunciamos nuestras primeras sílabas. En todo ese tiempo éramos estimulados, nuestras 8 inteligencias iban desarrollándose en proporciones discretas y variables entre uno  y otro. Nosotros no lo supimos, no nos percatamos de ello, hasta comenzar la educación institucionalizada en que nos piden notas en azul, cuadernos llenos, láminas Huascarán y agendas escolares firmadas. De pronto aparecían los personajes típicos de la escuela: el niño estudioso y del cuaderno más pulcro, el malcriado, el ausente, el abusivo y otros más y en ese grupo, tomando algún papel quizá, estabas tú y tu cerebro.

La varita mágica del tiempo se agitó y apareciste en el colegio, te enamoraste o eso creíste, hiciste deporte quizá, te apasionaste por algún arte o quedaste entre el común denomidador. Entonces aún conservabas algo de niñez, aún tenías imaginación, aún eras capaz de trasformar en fácil lo difícil. Aún. Entonces por la presión del conjunto de personas con que nos relacionamos (según Julián, por imitación y por el deseo inconsciente de ser adulto). Todo lo complicamos, caímos en el estrés de la vida. Ahora un problema tiene que ser difícil de asumir, las ofensas deben ser difíciles de perdonar, el arte debe ser dejado por algo académico y en la mayoría de personas, mecánico.

Además, y a propósito de las últimas noticias, la cultura va siendo dejada de lado. No solo hablo de programas de televisión específicos, los universitarios suelen usar la frase: '¿y para qué me va a servir este curso que no tiene nada que ver con la carrera?'. Con ello vamos cayendo en la pérdida de ese bichito de la curiosidad que de pequeños nos hacía llevar todo a la boca. Buscamos conseguir un punto de apoyo económico sin más.

Érase una vez un niño que vivía en el cuerpo de un adulto y llevaba el título de: Da Vinci, Newton, Einstein, Mozart, Carroll y muchos más.

PD: Loui dirá que lo que digo parece de onda 'antisistema' pero no, no lo es.

lunes, 8 de abril de 2013

No más Violencia.

“La acción más pequeña vale más que la intención más grande.”
Hola.
Estoy buscado al autor de esta frase.
Hace poco me quedé observando una escena que se repite muy seguido: Violencia intrafamiliar. Me quedé observando pues no podía hacer nada urgente por ello, de otro modo, si hubiera tenido los datos suficientes hubiera informado al MIMDES sobre la situación. Creo que hay mucho que concientizar a la sociedad y mucho por aprender respecto a cómo reaccionar frente a estas situaciones. Y esto se hace un tema arduo y ríspido cuando intervienen más de dos personas (entiéndase pareja o matrimonio), más aún cuando se requiere de intervención y mediación.
Es probable que alguno de nosotros hayamos sido violentados o hayamos ejercido violencia en algún momento de nuestra vida. Es inevitable no ser violentos alguna vez, pero lo mejor que podemos hacer para evitarlo es conocernos y controlarnos en la medida de lo posible. Pues en las relaciones humanas se ponen tantos factores en juego que es imposible tener entero y completo control sobre ellos. Mencionaremos algunos factores para su consideración:
Tolerancia a la Violencia: Del mismo modo que en la tolerancia a la presión, a la frustración o al estrés nos llevan a pensar en autocontrol, podemos entender que la tolerancia a la violencia nos lleva a analizar cuánto uno puede estar dispuesto a discriminar la violencia intencionada de la que no lo es, a resistir el impacto que ésta produce y a soportar y resarcir el daño de sus consecuencias. Esta capacidad va relacionada con las siguientes.
El Habla: El uso propio (vale decir individual) de nuestro lenguaje es el habla. Mucho de nuestras ideas, prejuicios, creencias, mitos, dudas, intenciones, deseos, etc. son expresados en nuestro hablar, en frases que filtradas a través de la deducción pueden llegar a interpretarse de un modo opuesto al que en realidad esperábamos. El habla es limitada a diferencia de nuestras ideas y es por medio de ella que las ideas son expresadas, entonces nos encontramos frente a un reto comunicativo: ¿Cómo decir lo que pensamos decir de modo que la respuesta que obtengamos sea la confirmación que se entendió y comprendió lo intentamos expresar y comunicar?
Comunicación no verbal: Lo que no expresamos con palabras lo expresamos en gestos, en la entonación de lo que pronunciamos, en las inflexiones de la voz, movimiento de nuestro cuerpo, disposición de nuestra postura, distancia entre los comunicantes entre otros aspectos subyacentes todo ello implica que la atención al cómo decimos debe ser un mayor sobre lo que estamos diciendo.
Costumbres: Culturalmente estamos habituados a actividades y modos de proceder en determinadas circunstancias. Sonreír cuando recibimos un beneficio, pedir perdón cuando consideramos que hemos ofendido o llorar cuando nos encontramos muy tristes, son respuestas generales o usuales en la mayoría de culturas, pero qué de los modos de saludar, los protocolos de conversación, las expresiones de afecto o los temas de conversación durante las etapas del día, el modo de comportarse en eventos públicos, privados, cultos, seculares, populares o de etiqueta. A ello las formas de pedir permiso, perdón o dar las gracias, hacer un reclamo, invitar a alguien, responder una pregunta incómoda entre otras circunstancias. El hecho de adaptarnos al lugar donde nos encontremos y comunicar cómo nos gustaría comunicarnos harán la diferencia en las respuestas y opiniones que nos corresponda hacer.
Entorno de la Comunicación: El ambiente donde nos encontramos comunicando es también vital para evitar malentendidos. El mayor control posible sobre éste también nos permitirá una trasmisión de la información adecuada, precisa y concisa. No es lo mismo mantener una conversación en la calle que en una oficina o en una sala, cada conversación debe poseer características singulares al medio donde se encuentra. No podríamos comunicarnos bien en la calle manteniendo una conversación densa sobre asuntos de opinión en materia de derecho o política o filosofía, el mismo ambiente nos llevará a tratar de llevar una conversación fluida, corta, hasta dinámica poco usual en estos temas. Del mismo modo cuando urge la necesidad de hablar sobre un tema personal el ambiente será de mucha influencia para llegar a un acuerdo entre las partes.
Intencionalidad: Antes de comunicarnos podemos preguntarnos qué objetivo tengo al verbalizar esta idea, qué es lo que quiero conseguir y qué puedo llegar conseguir cuando lo digo de este modo. Uno de los motivos principales de discusión entre personas suele ser el no poder darse a entender sobre lo que se pretende ofrecer o demandar. Cabe entonces la necesidad de escucharse uno mismo cómo está expresando lo que piensa y cómo podría entenderlo mejor su interlocutor antes de arruinar una conversación por no haber analizado lo que tenemos que decir.
Creencias: En este factor podemos mencionar las ideas, principios y normas de interpretación que tenemos sobre la vida, la sociedad y sobre el proceder de las personas. No podemos estar neutrales frente a ello, tenemos que creer en algo para darle sustento a nuestro quehacer diario en la vida. Aun así, si alguien decidiera no asumir ninguna responsabilidad sobre sus actos ni sobre las razones de su existencia acepta creer que es una pieza del destino y que éste lo conducirá a su voluntad. Por otro lado si una persona es lo suficientemente responsable con su función en la vida, asumirá su rol de ser humano en la búsqueda de un sentido para la misma, aprenderá que no es fácil cuestionarse pero al menos se acercará a comprender y tolerar cada vez un poco más a la humanidad y su relación con el ambiente en que se encuentra, y por consiguiente (para regresar al tema principal) depurará sus ideas, principios y normas de interpretación sobre la vida para ser un agente de cambio para la sociedad y compartir lo que sabe con las personas que despierten interés por lo mismo y armonizar en medio de la diferencia de conceptos.
De lo comentado líneas arriba quiero resaltar que es sólo una aproximación al tema de la violencia y su prevención mediante el buen uso de la comunicación, como ya he explicado, hay mucho por investigar y agregar para tener la idea estructurada y completa del tema sin embargo la propongo para modificarla, enriquecerla y mejorarla con miras para aprender y entregar un conjunto de ideas y costumbres al futuro. Un futuro con jóvenes adultos que aportarán mucho a nuestra sociedad que está en peligro de destruirse y que necesita de respuestas y soluciones prontas, urgentes. Cabe recordar que la fuerza juvenil ha jugado papeles protagónicos a lo largo de la historia de la humanidad y creo que cuanto mejor informados y preparados estemos, tendremos una mejor imagen de lo que nos ocurre como sociedad y podremos dar soluciones cada vez más efectivas.
Si tienes alguna sugerencia, estoy atento a tus comentarios.
Gracias por leer.
Adiós.
***
Para no perder la costumbre, caricaturas:
Hoy Liniers, puedes encontrar más en http://www.macanudo.com.ar/

¿Cómo crees que se relacionan estás caricaturas al post de hoy?