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Un blog diferente.

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jueves, 27 de marzo de 2014

Desde adentro.

Caricias, mimos y cuidados.
¡Ha sido un viaje inolvidable!
La casualidad no existió, fue
mutua atracción, día a día
nos entrelazábamos más.

Mi anatomía se desarrolló,
y tu altruismo sobresalió.
Compartiste conmigo, tu hogar,
para que sea mi cobijo.

Me diste tu sangre, ¡qué maravilla!
Dejaste que yo me convirtiera
en más que un pequeño huésped;
solo decías que yo era parte de ti.  

Me leíste todas las mañanas,
yo solo gozaba de tu voz.
Me cantaste todas las noches,
¡ya me sé la canción!

Ansiedad, caos y adrenalina.
Los latidos de ambos corren
despavoridos, ¡pero los míos más!
Nuestro encuentro se acerca.

Oigo voces. La tuya se queja,
lo siento mamá, eres pura fortaleza.
En un último acto de entrega
me traes al mundo, mis ojitos se
cierran, solo quiero ver los tuyos.

Me envuelves en tu pecho: lloras.
Tu piel me abriga, tu corazón me
llena. Mamita, eres una reina.

Colores, promesas y nombres.
Es raro… cortan nuestro lazo,
y aun así no estamos separados.
Más cerca que nunca, lo digo
en tu regazo; mi vida es plena,
ahora que te amo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El objeto.

Solamente concluyo en esto: ni tú ni yo lo sabemos, ni nadie más lo sabe, somos conscientes de nuestra ignorancia y al mismo tiempo negamos la proposición pues al afirmar que nadie sabe de algo, inclusive nosotros dos, se habla de un objeto que al ser mencionado deja el anonimato y el espectro del que todos ignoran, se retira de su escondite, pasa a ser iluminado. El solo hecho de que diga que algo no lo sé es porque una mínima parte de su naturaleza ha pasado a ser de mi conocimiento, el saber que existe. Lo cual debería conducirnos a concluir una vez más y de modo distinto. 

Ensayo una vez más.

Solamente concluyo en esto: ni tú ni yo lo entendemos ni nadie más lo entiende. Sabemos que le hay, que existe, que tiene una forma y una serie de características, pero no le entendemos, aunque le percibimos, aunque puedes describirle tú de una forma y yo de otra, por supuesto. Qué curioso el cerebro humano, el mismo objeto cambia de forma y de funcionalidad, su naturaleza misma es distinta vista desde mi cerebro y observada desde el tuyo. Es decir, no lo entendemos, pero no porque no podamos describirle, pues al sentirlo puedes describirle tú y puedo describirlo yo, pero ambas descripciones estarán contenidas de características diferentes aún cuando el objeto es el mismo (¿es el mismo?, ¡claro que lo es!). El objeto se divide en dos, pero no por fuerza propia sino porque tú y yo le damos formas diferentes en nuestras desquiciadas mentes. No es que no le entendamos sino que le entendemos de diferentes formas. Lo cual debería conducirnos a concluir una vez más y de modo distinto.

Ensayo una vez más.

Solamente concluyo en esto: ambos, tú y yo, sabemos que existe, lo conocemos, lo entendemos, pero no somos capaces de observar el objeto sin transformarlo porque nuestras mentes transforman todo, todo el sistema de datos almacenados en las líneas de nuestras vidas afectan seriamente en lo que el objeto será para nosotros. Tú y yo miramos el objeto, pero al ser nosotros mismos distintos el objeto se percibe de manera distinta. O sea que, el objeto no cambia, el detalle es que nosotros somos diferentes y el objeto es un factor de equivalencia. Ese objeto, al ser compartido, establece un punto en común de donde tú y yo, aunque diferentes, por esa visagra, en ese hilo conductor que ambos miramos y compartimos, nos igualamos. Y no dejamos de ser diferentes, solo que aquello que sabemos que le hay, que le entendemos aunque diferente porque somos diferentes, ese aquello, nos une, nos identifica, nos iguala frente a él, entonces no somos nosotros y volvemos al objeto. El objeto es ese algo que como objeto no me atrevo a describir, pues mi descripción ha de ser distinta a la de todos los demás seres vivientes. Lo cual debería conducirnos a concluir una vez más y de modo distinto.

Ensayo una vez más.

Solamente concluyo en esto: Tú y yo, ambos, nos amamos. El amor, el objeto.

martes, 25 de marzo de 2014

Esperando

Veintiséis de marzo del dos mil diez

En la parada del autobús de la realidad
Me senté en la banca de los sueños

Sospeché que vendría pronto
Pero me olvidé que me encontraba
En la calle de los recuerdos
Y como tales, se van muy lentos
Detrás de aquel paradero veía
Construcciones sin sentido
Algunas de cabeza
Otras de pie
Algunas con ventanas pequeñas
Otras con una sola ventana grande
Algunas con apariencia de fortaleza
Otras con apariencia de dolor
Encuentro a mi alrededor
Personas con la emoción en la superficie
En la superficie de sus miradas
Miradas con mucho significados
Significados indescriptibles
Indescriptible, como la razón que me encuentra allí
Reconozco que a lo lejos se acerca el autobús
La realidad sobre cuatro ruedas
Haciéndole frente al olvido
Parándose a recoger pasajeros soñadores
En un mundo que no tiene sentido
Espero con ansias la llegada del vehículo
Parece que está vacío
Habrá espacio para todos
Algunos se sentarán cómodos
Otros reservarán el asiento
Y yo, yo no sé que haré
Lo que si pienso hacer es subir
Aunque el viaje lo haga de pie
Sobre las calles de alrededor
Se balancean periódicos con el aire
Crecen pastos silvestres
La paredes raídas se despintan
Y las ventanas se cubren de polvo
Finalmente llega el autobús
Y el ansia por subir es compartida
Las puertas se abren, aún con sueños
Los varones y damas suben
La realidad está unas calles más lejos
Ya no falta casi nada
Ese casi hace la diferencia

Mientras los viajantes van despertando
Los sueños se van contrastando
A la realidad, que nos toma por sorpresa
El viento ya no suena
El color es más descolorido
Sin embargo es verdad, no un sueño
El dolor duele más
La risa es genuina y alegra más
Los sueños se disipan
Es la realidad
Mis ojos se llenan de alegría
Es la realidad con la que nunca soñé
La superficie de la mirada de muchos

Se torna en mentiras
Pues dicen sentir algo pero no lo es
Se torna en egoísmo
Pues el mundo en sus manos es su deseo
Se torna en tristeza
Pues el dinero no lo compra todo
Se torna en dolor
Pues las enfermedades están presentes
Se torna en ilusión
Pues aún algunos prefieren seguir soñando

Se torna en realidad
En los asientos de adelante
Encuentro personas jóvenes y ancianas
Con el recuerdo vivo en sus ojos
Alegres de que llegaron algunos
Y vuelven otros a la realidad
Las sombras ocupan el cielo
Las nubes se dibujan delante de la luna
No la cubren
Bajamos en la calle de las decisiones
Cada quien toma su camino
Algunos regresan caminando de donde vinieron
Al mismo lugar donde estuvieron soñando
Al mismo lugar a seguir esperando el autobús
A la realidad
Otros caminamos a lo desconocido
Otros sabemos a dónde queremos llegar
Pero no sabemos cómo será
Algunos queremos soñar en la realidad
A mitad del camino
En el momento de temor
En el momento de decidir continuar o claudicar
Se acerca una sombra
Eres tú

Me saludas y me señalas un parque
Aquel parque donde nos encontramos
Camino contigo hacia aquel lugar
Recoges una hoja de otoño
Y me la entregas y también una pluma blanca
Me pregunto ¿de qué se trata?
Sonríes y te despides
¿Tengo que escribir algo?
Me siento en aquella banca donde nos encontramos
Aquella banca que no visitaba hace mucho
Intento escribir algo
Lo primero que se me venga a la cabeza
Lo primero..."Realidad"
La pluma deja su impresión
Y mis ojos descubren dónde estoy
Pues no hay tinta en aquella hoja
Sino una sutil ruptura de sus tejidos débiles ante la presión
Débiles ante el cambio que hicimos al llegar a aquel lugar
Débiles a lo que podamos hacer
Destruir o construir
Amar u odiar
Compartir o robar
Hablar y callar
Es así como esperamos
Esperamos a saber
Qué tenemos que hacer aquí