Páginas

Un blog diferente.

Un blog diferente.

jueves, 18 de abril de 2013

El tiempo.


Las manecillas apuntan sin generosidad ni piedad hacia el extremo que indica en dónde estamos justo ahora, en qué parte de la infinita línea del tiempo nos estamos ubicando, avanzando sin detenernos siempre hacia adelante y así como avanzamos en la inacabable pista, así y a ese ritmo, la manecilla gira en sentido circular. El tiempo jamás se detiene. El tiempo solo tiene un sentido: hacia adelante. El tiempo no varía jamás su ritmo, es constante. Hasta donde el hombre puede entender, el tiempo no tiene un límite ni en su principio ni en su final.

Si hay algo que siempre existirá, que siempre correrá a la misma velocidad y en la única dirección posible, ese es el tiempo.


El tiempo nos supera, nos excede, nos traspasa; aún si tu conciencia dejara de existir en este momento, el tiempo seguirá en su ritmo único y perenne, contigo, sin ti, a pesar de ti, de nosotros, de todos, de ninguno. El tiempo es una de esas cosas que la sabiduría humana no puede entender porque Dios así lo dispuso, entonces solo hemos sistematizado su recorrido en la inexactitud más útil: el calendario. Así, el año se subdivide en 12 meses, pero a su vez, en 365 días (sin contar el bisiesto, que sirve para ajustar la inexactitud pese a que no la ajusta del todo perfecto), cada día consta de 24 horas, cada hora de 60 minutos y cada minuto de 60 segundos. Existen más compartimentos superiores e inferiores, pero estos son los más habitualmente utilizados por su cotidianidad y facilidad.

Una persona puede no saber dónde vive, puede carecer de la capacidad lecto-escritora, pero siempre sabrá cuándo es de mañana, cuándo es de noche, cuándo ha sido ayer y cuándo será mañana. Dios nos dio la capacidad de convertir el tiempo en un recurso ya que, sin entenderlo, podemos utilizarlo, o más bien regirnos a él para distribuir nuestra línea de vida de la mejor manera para poder cumplir siempre las metas propuestas.

Entonces, es incierto que el tiempo es limitado, escaso, retractándome así de lo expresado en la editorial del día lunes de esta semana. Lo limitado, lo escaso es el espacio que ocupa nuestra existencia en la infinita línea del tiempo. Si vivieras setenta años, ese es tu espacio del que dispones y debes administrar cada parte de ese espacio de la mejor manera, pues luego estarás muerto y no podrás hacer nada más. Si te toca cinco años de carrera, simultáneos a cinco años de tu juventud, debes subdividir el tu existencia de tal modo que no se te escape hacer nada. Cada vez que retrasas algo, corres las metas trazadas hacia adelante de modo que se salen del límite de tu vida, el tiempo seguirá, pero ya no podrás realizar nada porque muerto nada eres capaz de hacer.

Tu vida es valiosa y puedes hacer todo lo que te has propuesto. Y es posible que no me hayas entendido nada, si ese es el caso, tranquilo, tranquila. Dios sí comprende el tiempo porque el tiempo fue creado también por Él. Nada se ha escapado de Sus Manos y Él nos promete que hay tiempo para todo. No sería mala idea dedicarle su espacio a Él día a día para que Él, Creador del tiempo, pueda disponer de tu vida de tal modo que en el tiempo en el que te has situado puedas cumplir con los objetivos y metas que te has propuesto, siempre armonizados con la Voluntad de Quien también te creó a ti.

martes, 16 de abril de 2013

Hoy.


Hoy oraré a Dios por la mañana.

Hoy estoy dispuesto a romper con mi ritmo de vida sedentario.
Hoy no pensaré del mismo modo.
Hoy trataré de ponerme en tu lugar.
Hoy pensaré en sacarle provecho al tiempo.
Hoy dejaré un recuerdo.
Hoy te miraré a los ojos para prestarte atención.
Hoy abrazaré de modo espontáneo.
Hoy te contaré un cuento inventado.
Hoy aprenderé a dibujar.
Hoy tomaré fotografías, capturaré el tiempo en papel.
Hoy respiraré profundamente.
Hoy leeré más.
Hoy conoceré el mundo a pie.
Hoy buscaré un motivo para sonreír.
Hoy ayudaré a alguien con su problema.
Hoy pediré perdón.
Hoy seré agradecido.
Hoy te miraré a los ojos otra vez.
Hoy saludaré a alguien que no conozco.
Hoy jugaré a lo que jugaba cuando era niño.
Hoy despertaré temprano y me acostaré tarde.
Hoy valdrá la pena.
Hoy no hablaré de mí.
Hoy te contaré un secreto y guardaré el tuyo.
Hoy no me haré al dormido en el bus.
Hoy resolveré un crucigrama.
Hoy compartiré mi merienda.
Hoy ayudaré a un ser viviente que no sea humano.
Hoy aceptaré un consejo.
Hoy ayudaré a hacer la tarea escolar a un niño.
Hoy compraré un libro y lo regalaré.
Hoy escucharé la música que me gusta.
Hoy amaré.
Hoy perdonaré.
Hoy me bañaré.
Hoy viviré para contarlo.
Hoy escribiré una carta con papel y lapicero.
Hoy recordaré a los que se fueron.
Hoy podré descubrir algo nuevo.
Hoy viviré feliz.
Hoy seré empático.
Hoy contaré las estrellas.
Hoy daré forma a las nubes.
Hoy veré el mar.
Hoy escalaré una montaña.
Hoy tomaré agua.
Hoy viajaré lejos.
Hoy te tomaré de la mano.
Hoy no miraré atrás.
Hoy me sorprenderé.
Hoy disfrutaré de los detalles.
Hoy inventaré.
Hoy aprenderé.
Hoy escribiré una nota.
Hoy (robaré un beso) regalaré una sonrisa.
Hoy cruzaré mirando a ambos lados.
Hoy visitaré un albergue.
Hoy seré ordenado.
Hoy te diré “te amo”.
Hoy no entraré a Internet (y si entro será para hacer una buena labor).
Hoy cocino yo.
Hoy seré tolerante.
Hoy renegaré con actitud reconciliadora.
Hoy buscaré una solución.
Hoy caminaré descalzo sobre el pasto.
Hoy pintaré un lienzo.
Hoy leeré una caricatura.
Hoy sabré lo que significa “bazzinga”, “supercalifragilisticoespialidoso” y “parangaricutirimicuaro”.
Hoy pronunciaré correctamente “Rumpelstiltskin”.
Hoy prenderé una vela.
Hoy aprenderé algo nuevo.
Hoy enseñaré lo que sé.
Hoy diré algo en otro idioma.
Hoy apagaré las luces antes de salir.
Hoy sembraré un árbol.
Hoy seré responsable (en todo cuanto pueda).
Hoy haré una llamada a alguien con quien no converso hace mucho.
Hoy no discrimino.
Hoy haré mimo.
Hoy daré un cumplido.
Hoy salvaré una vida (y si puedo, más).
Hoy haré cosquillas.
Hoy aceptaré las diferencias entre nosotros.
Hoy haré un truco de magia.
Hoy manejaré un vehículo (no motorizado).
Hoy conseguiré trabajo.
Hoy seré honesto.
Hoy visitaré y abrazaré a papá y mamá.
Hoy pediré ayuda.
Hoy pagaré mis deudas.

Hoy oraré a Dios por el día que viví.

Hoy será todos los días por venir
¿Qué más crees que podría hacer hoy?

***

Cada día me miro en el espejo y me pregunto: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?". Si la respuesta es "No" durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.

Steve Jobs (1955-2011)


Hoy es el mañana por el que te preocupabas ayer.

Dale Carnegie (1888-1955)



Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.

Martin Luther King (1929-1968)


Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.
Sócrates (470 AC-399 AC)


Un hoy vale por dos mañanas.
Benjamin Franklin (1706-1790)

lunes, 15 de abril de 2013

Editorial - Semana 6


Nunca pensé que algún día el tiempo sería un recurso tan demandado que, por limitado, me fuese suficiente inclusive para pensar, pero no para plasmar mis ideas pensadas en un papel.
He escrito desde que tengo cuatro años y desde ese entonces no ha sucedido un día en el que mi mente no tejiese historias susceptibles a ser transmitidas por la tinta y las palabras. Y así como me sucede a mí seguramente les sucede a mis amigos que comparten juntamente conmigo este espacio con ustedes para poder llevarlos a una reflexión. Ustedes, amigos que ahora me leen, a ustedes, a quienes nos dirigimos día a día con tanto cariño, son ustedes quienes juzgarán si el rol se está cumpliendo con calidad o cuánto debemos mejorar. En lo personal la crítica es el activo interpersonal que más valoro y espero poder encontrar comentarios que nos ayuden a superar el contenido y la presentación de esta plataforma, que es una iniciativa conjunta que pretende ser distinta, plagada en valores sin dejar de vez en cuando de arrastrarnos a paisajes imposibles envueltos de la imaginación de los autores que aquí han dejado huella de su inspiración.
No quiero cansarlos con esta presentación. No inicié esta editorial con un saludo ni con una bienvenida, estamos empezando la semana número seis, gracias a Dios, y este tremendo inconveniente que es la escasez de los minutos lo utilizaremos en ventaja de nuestro propio propósito. Invito a los autores de este blog a que dediquen sus líneas al tiempo, al recurso más valioso que hoy el hombre intentar administrar con mayor efectividad. Mejor consejo no habría dado ya, hace tantos siglos, la misma palabra de Dios: “En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre.” (Eclesiastés 3:1)
Amigos lectores, tengan ustedes una muy feliz semana, que el Amor de Dios llene sus corazones de felicidad y puedan atravesar los caudalosos ríos que el mundo nos depara tomados de la mano de Nuestro Creador. Esta semana queremos aprender todos juntos a poner nuestro tiempo en las manos de Quien es Dueño y Creador de, justamente y haciendo valer la redundancia, el tiempo.
Con cariño,
Loui Casafranca.
Editorial