Páginas

Un blog diferente.

Un blog diferente.

viernes, 28 de febrero de 2014

Díganle.

Díganle que en el aire floreado y surtido de la mañana, mis pulmones ya no encuentran embelesado placer, del mismísimo aroma que alguna vez disfrutamos en nuestra habitación de jardín.
Díganle que las apesadumbradas orquídeas corean su nombre, se marchitan de melancolía por la noche y renacen revestidas de color por el alba, anhelando como el sol su brillante mirada.
Díganle que el verde de la floresta ya no es el mismo; que nuestro Edén ha perdido su chispeante encanto; ya ni los pajarillos hacen sus nidos en los secos sauces. Ya ni la brisa los hace danzar.
Díganle que la golondrina que nos visitaba ha dejado una carta reclamando su pronta llegada, que los molestos grillitos han regresado y me acompañan en mis nocturnas veladas.
Díganle que cada vigilia en su nombre es agonizante, que el dolor en mi corazón es más profundo que la espesura del tenebroso bosque, que la presión en mi pecho y el nudo en mi garganta son insoportables.
Díganle que ni todo el oxígeno de nuestro paraíso me devuelve el ingrediente de su mágico aliento, que ni las enredadas malezas me envuelven más que sus brazos, que ni la suavidad de un capullo me compensa más que su regazo tumbado a mi lado.
Díganle que los retoños no florecen ni en primavera, que ya pasó mucho tiempo y las crueles estaciones vuelven a recorrer con sus pies descalzos nuestro sagrado vergel, sangrándolo y manchándolo de monocromáticos recuerdos, desgastando el multicolor tinte de aquello que construimos solo para los dos.
Díganle que aún espero, que nuestro oasis necesita el cálido pigmento de su sonrisa, la vitalidad de su fertilizante llovizna, la bondad de sus manos al cultivar lo insalvable y cosechar lo extraordinario.
Díganle que nada de lo que haga me hará amarlo menos, que nada ha desgastado la indeleble tintura de su amor en mi ser, que ni el invierno me aparta de regar la verde esperanza que vibra a mi alrededor;  que ni la soledad de nuestro huerto me desanima.
Díganle que he reservado un lugar, aquel escondite en medio del Edén que solo nosotros conocemos, que está rodeado de nuestras flores favoritas, de nuestros románticos trinos y del aura más colorido.

Díganle que me he plantado allí, solo para esperarlo a él.

jueves, 27 de febrero de 2014

La carta [2]

(Quizá debas leer primero la primera parte antes de comenzar) La carta [1]

En este momento...

Entre la absurdidad de las palabras directas y poco pensadas que pintaban la carta que tengo ahora en manos vuelvo a fijarme en las de ella. Vuelvo a enfocar el anillo y dejo que mi corazón lata a sus anchas, el mundo se me ha hecho pequeño, homogéneo y embarrado en el color que solemos asignar al amor.

Y ella...

me mira de la misma forma en qué lo hizo, tantas veces, antes en ese ayer que ahora recordamos, ese que hoy nos roba una sonrisa, un te quiero, un abrazo y un beso. Una garúa ligera brota de nuestros ojos, la carta se humedece y no puedo permanecer más con ella si no quiero destruirla. Ella me mira otra vez, sonríe y me toma de la mano. Me toma con la mano que tiene el anillo.
Me ha susurrado en el oído: Somos invisibles.

Somos invisibles...

Y hemos borrado nuestro rastro. Somos ahora una historia, somos ahora una carta. Y mientras la ciudad se borra sigue allí testigo de la historia, el viento. Y duerme sobre una banca de madera vieja...

... la carta...

miércoles, 26 de febrero de 2014

Para ella (para ti), con amor.

Cuando la vi por primera vez fue un milagro.

Han pasado poco más de ocho meses y hoy sé que esa primera vez, sea cuando sea aquella vez que nuestras retinas se conectaron, allá en la arena y sacudidos por la brisa, esa primera vez, cuando sus cabellos lacios y negros surcaban el aire y le daban fragancia y movimiento, una danza perfecta y armoniosa de brillos azabaches; esa primera vez supe que ella era, que tú eras. Siempre y cuando tú -léase, tú- seas Carolina Elizabeth, mi amor.

Cuando tu sonrisa me cautivó; cuando tu voz entonada para alabanza me encantó; para cuando tu figura se erigía bella y delgada bajo los colores de los vestidos sabatinos; para cuando tus manos y tu boca encontraron la manera de darme el calor del amor, para cuando llegó ese momento, cada vez y a cada paso, en cada centímetro de la línea recta del tiempo, yo me enamoraba más de ti.

Fue cuando nos besamos que supe que esto no se detendría. Que mi amor no pararía de crecer jamás. Y hoy sé que te amo más que nunca y como nadie nunca podrá amar, porque te amo diferente y en superlativo, te amo más.

Te amo como se ama lo infinito, que sin conocer más del retazo que el presente muestra, se sabe y manifiesta eterno y con ello el amor sobrepasa lo que te amo. Y Dios es amor. Sonríe, brilla, muévete, camina, habla, canta, despierta, cierra los ojos, bosteza, llora, grita, ríete a carcajadas, no hagas nada en absoluto, duerme, cáete, levántate, salta, detente, explica, calla. No importa lo que hagas, te amo más, cada vez más. Siempre más.

martes, 25 de febrero de 2014

Réquiem

Hoy sufro por mis hermanos
Hermanos de otros padres
Hijos de los hermanos de mis padres
Y de los padres de mis padres
Hoy sufro por mis hermanos
Que no viven con la sangre en las venas
Que se inyectaron sangre sin color
Que durmieron su lucidez
Hoy sufro por mis hermanos
Que obstinados al cambio
Luchan por una causa sin razón
Razón que perdieron cuando olvidaron nuestro legado
Hoy sufro por mis hermanos
Que cegados por su percepción
Se olvidaron de ver el horizonte
De mirar que tenían a sus hermanos a su lado
Hoy sufro por mis hermanos
Que pensaron en  razas, ideologías y fronteras
Que no aceptan las diferencias
Que regresan cada vez mas seguido a la indiferencia
Hoy sufro por mis hermanos
Que sufren a causa de ellos
Lamentan haber confiado en ellos
Ya no creen más en la Hermandad
Hoy sufro por mis hermanos
Que mueren, pierden y lloran
Por los que dictan, ríen y matan
Por los que absortos de tanta crueldad, solo miran
Sufro por todos
Por mi
Por ti
Por ellos
Insapientes de lo que viene
Echados al olvido de nuestros propios recuerdos
Haciendo memorias vanas
Dibujando olvidos en papel
Oro por mis hermanos
Porque la esperanza no se pierde a sí misma
Porque el silencio no se calla todavía
Porque la Vida aún sigue palpitando
Oro por mis hermanos
Porque no se rinden ante el desasosiego
Porque seguimos juntos aún respirando
Porque que hay mucho por hacer
Oro por mis hermanos
Porque saben que la muerte da sentido a la Vida
Porque saben que la hora mas oscura es antes del amanecer
Porque nunca dudan que hay Alguien que promete salvar
Oro por mis hermanos
Porque pueden recoger sus pisadas
Porque pueden enmendar sus decisiones
Porque pueden decir: "Lo siento, no hice bien, no puedo más"
Hoy sufro y oro por mis hermanos
Que no saben a donde ir
Que no entienden porqué estan aquí
Que no comprenden a dónde irán
Hoy sufro y oro por mi
Hoy sufro y oro por tí
Hoy sufro y oro por ellos
Hoy sufro y oro por todos

lunes, 24 de febrero de 2014

Para comenzar...

Han pasado ya muchos años y los que en otrora éramos niños somos casi adultos. Han pasado por nosotros más de 50 estaciones, hemos cruzado vertiginosamente épocas y estilos, han muerto artistas, han nacido otros no tan admirables... la vida.

En un cajón guardo souvenirs y otras cosas que traen a mi mente momentos especiales. Instantes de risas y llantos; periodos de lucha y de celebración. En algún lugar amigos saludan; en algún otro alguien que no conozco me agradece porque en algún momento fui de ayuda. Así la vida avanza como ciclo constante, cada uno es parte de un ciclo, responsable del que le toca vivir. Tenemos sonrisas por dar, bienes por regalar, lágrimas por compartir; pero, sobre todas las cosas... amor.

Allá van parejas felices, sobrevivientes a un mundo descartable, en que las relaciones se hacen cada vez más impersonales, en que las personas son un poco más egoístas, en que las ideas morales se confunden y cada quien tiene una sinrazón por defender. Allá van niños soñadores, sobrevivientes a un mundo virtual, en que el cariño es escaso, en que las luces de las pantallas capturan sus vistas para limitarlos a vivir sin un sentido exacto. Allá van los jóvenes, nosotros, los que quizá en el limbo buscamos superar las etapas anteriores y forjar las etapas futuras... estamos en la mitad del ciclo. Allá van todos, empujando esta masa heterogénea hacia algún punto no precisamente fijado.

Aquí estamos todos, terminando de vivir un día, una vida, soñamos, con la oportunidad de cumplir los sueños. Aquí estamos todos, haciendo quizá lo mismo que el resto.

Pero es "hoy", somos nosotros, actuamos. Y el hoy es ahora y el ahora es vida... y...