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Un blog diferente.

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viernes, 2 de mayo de 2014

La diadema del ladrón.

―Cariño, ¿cuánto más tardarás? ―preguntaba con dulzura, sin embargo, la impaciencia se hacía notar en cada onda sonora.
―Ya, ya tranquila ―dijo entre risas. Le daba la espalda, mientras preparaba la “sorpresa”. De repente giró y con sus manos extendidas mostró el regalo―. Aquí tienes.
La pequeña mujer se levantó con rapidez de la tarima y conmovida se acercó, palpó con cuidado la gastada superficie del librito y sonriendo lo abrazo a su pecho.
―Pero, ¿cómo lo conseguiste? ―murmuró atónita, sus ojos albergaban algunas intrépidas lágrimas―. Digo, ¿dónde estaba?
―Me costó mucho trabajo recuperarlo, sabía lo importante que era para ti amor… pero como dice el mismo cuento, lo que nos pertenece siempre vuelve ―comentó abrazándola.
”La diadema del ladrón” dijeron al unísono.
Ella abrió el avejentado libro, y suspiró llena ilusión, se sentó en la cama nuevamente, y sintió como él también la acompañaba.
―Un antiguo rey tratando de recuperar lo que le ya no le pertenecía: su corona ―masculló la mujer de ojos marrones―, no quería ni siquiera el trono o el reino, estaba tan adormecido por el brillo de la dorada diadema que no le importó convertirse en un hombre despreciado por su propio pueblo. Ni el encierro al cual lo sometió su familia.  
―¿Y qué pasó? ―interrogó con ansiedad. Ella lo miró con picardía y sonrió de costado.
―Creí que lo habías leído ―sentenció risueña―. Bueno… él esquizofrénico monarca se adentró en el palacio, burló a los guardias, y cuando al fin llegó a la habitación donde guardaban la corona, no lo dudó, se abalanzó sobre ella. O al menos eso es lo que le pareció vivir. Su propia familia había ideado aquel plan, hacerle creer que podía escapar de la mazmorra en donde estaba, y que la seguridad había desaparecido, todo a sus pies para que pueda “robar” la diadema. Ahora el exiliado rey estaba en paz.
―El final decía: “Lo que nos pertenece, siempre vuelve” ―dijo él.
―Claro, porque el ladrón creía tener la diadema, pero solo era un tronco seco pintado de purpurina dorada. Era lo que merecía o mejor dicho, le correspondía. 

jueves, 1 de mayo de 2014

Albahaca

De la cocina emerge un vaho con conocimiento de causa. Desde la antesala, cruzando el pasillo penumbroso que guarda miradas de héroes del pasado enmarcados, llegamos hasta el sillón. Los platos son servidos uno por uno, las miradas rondan el espacio, miradas de ellos, de ella, de alguien ajeno.
Seducidos por el aroma nos disponemos todos, con servilleta atada al cuello y tenedor en mano, dando muestras de una forzada etiqueta. Comemos en cámara lenta, alzamos las narices, modulamos la voz y nos "empujamos" un tenedor con comida a la boca.
Albahaca. Esa es la forma de describir el momento, porque ya hemos dejado la etiqueta, hemos vuelto a nuestro origen, a nuestra naturaleza, a perseguir el gusto por las cosas simples y sencillas. Ahora somos verdes, fríos y salados. Recargamos los olfatos del mundo con nuestra aromática escritura, sólo apreciada por los conocedores...
Cuando volvemos al sillón, volvemos a lo nuestro, a las risas, a las ideas sueltas, a las ridiculeces, a la seriedad que no encaja. Somos salados, fríos y verdes. Muñecos de barro sin suerte, sin abrigo e inmaduros, perforando con una cuña el espacio que separa los mundos que, distintos, encierran mentes vacilantes. Y entre párrafos cortos y entre líneas, intentamos retratar una imagen dispersa de un ideal, de un presente y de un futuro...
Las miradas rondan el espacio, de ellos, de ella y mi mirada. Sonreímos una vez más y callamos un momento. Dejamos que nuestra esencia regrese a nosotros para partir. Estamos todos juntos cruzando el pasillo ensombrecido, el mismo que tiene prisioneras miradas de héroes del pasado, tenemos los dedos manchados y las mentes refrescadas... reposamos un momento.

De la cocina emerge un vaho con conocimiento de causa. Nos vamos con él. Nos fuimos.


miércoles, 30 de abril de 2014

Una sociedad consumista.

Hemos visto últimamente que ha surgido una ola de pensamiento sin características tradicionales cuya consistencia es su oposición al consumismo. Su discurso contiene  una dura crítica –con mucha razón en algunos puntos- contra el sistema consumista que hoy en día nos envuelve a todos como consumidores y, en cierto modo, productores de bienes o servicios de consumo. Si bien, es cierto que el sistema está saturado, mi punto de vista es que no había otro camino a seguir. El ser humano es competitivo por excelencia, es ambicioso, nadie quiere quedarse con lo que tiene, todos quieren tener más, es parte de lo que nos hace humanos (Pirámide de Maslow), entonces este escenario iba a suceder de algún modo y no podemos culpar a los genios que nos condujeron a esta circunstancias. Porque ese enorme poder económico superior a los gobiernos, ese gigante capitalista se hizo con inteligencia, con habilidad, con esfuerzo, con mucho cálculo; no es premiado con el azar sino por su perseverancia. Y así tenemos que, inclusive herederos de grandes fortunas, cedieron parte de sus riquezas a muchos hombres habilidosos e inteligentes que accedieron al sistema por algo que solo la libertad de mercado ofrece en tan grande dimensión: la oportunidad. Ese aborigen despojado de su comunidad y desprotegido por la gran transnacional no se ve obligado necesariamente a ser un peón de la línea operativa más baja, puede ser un gerente general que cambie la historia de la extracción y le dé a su comunidad un giro inesperado. Porque las grandes oportunidades solo pueden surgir cuando el gobierno es pequeño y no asfixiante.

Mientras más grande es un gobierno, mayor será la corrupción que por su propia naturaleza genere. Esta corrupción aliada del empresariado sin ética, genera el mercantilismo que es lo que se debe repudiar, pues no se tratas ni de mercado libre ni es respetuoso con el medio ambiente y mucho menos con los derechos de las personas. Al ser una alianza entre dos poderosos gigantes que alimentan el uno al otro, no hay espacio para la oportunidad ni el crecimiento. Cualquier amenaza al capital corrupto, el gobierno corrupto sofocará. Este es el principal error del sistema: el Estado.


Debe existir una reingeniería del sistema de consumo a nivel mundial, de la empresa y eso ya está sucediendo, la Responsabilidad Social Empresarial es una muestra clara de ello. Las empresas empiezan a darse cuenta que es más rentable ser amigable con el medio ambiente, respetar los derechos laborales y no afectar a las comunidades que reciben su impacto, saben que deben favorecer a los más necesitados y ser transparentes, hasta sonrientes. Y ahora lo ven y practican porque la gente ya no es tonta, la gente está despierta, la gente ya sabe, ya ve, y sobretodo, ya habla. Y habla y grita y reclama porque la información ahora está en su punto más álgido de la democratización y esto sucede gracias a internet, obra maestra del sistema consumista y que no le juega en contra sino que le permite una reinvención creativa, solidaria e inclusiva. 

martes, 29 de abril de 2014

Todavía

Estuvo lejos y escribí Quisiera quedarme con tu presencia
Después de un tiempo leí este poema

Todavía de Mario Benedetti

No lo creo todavía 
estás llegando a mi lado 
y la noche es un puñado 
de estrellas y de alegría 

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.


Disculpen que no haya podido ampliar mis comentarios. Para la siguiente semana espero compensarlo. Relean el poema para disfrutarlo mejor.

lunes, 28 de abril de 2014

Regreso

Siento que he pasado tanto tiempo ausente que incluso he olvidado cómo empezar. Jamás puse fecha a mi regreso, pero regreso.

Ideas diferentes han rondado mi cabeza en este tiempo de ausencia. He abierto una agenda para retratar escenas, he pintado un cuadro, he saltado sobre algunas oportunidades y las decisiones imperantes las he tomado como siempre... o quizá mejor.
Entre los tantos momentos que he pasado, han pasado delante de mí historias de todo tipo, muchas de ellas que te hacen pensar en el porqué, historias a las que no encuentras explicación ni lógica, pero pasan.
La vida podemos entenderla desde varios puntos, pero no por ello dejará de ser una. Esto es algo que he ido aprendiendo, un camino continuo, escabroso y lleno de preguntas. Acostumbramos ver las vidas de otros, admirar estrellas, observar la diversión de otros y poco a poco nos quedamos en la inacción.
La vida pasa, pasan delante de nosotros miles de historias a las que podríamos haber dado sólo un toque y cambiar todo el rumbo. Pero estamos sentados, la pantalla brilla... Por eso me fui... pero también vuelvo.
Ahora, nuevamente sentado ante el ordenador, tecleo una vez más sobre una hoja caída de este otoño que aún mantiene algo de sabor a verano.

Así me bienvengo, vuelvo... hasta que me vaya.