Tengo una casa.
El patio de aquella casa es grande. Está cercado pero hay mucha diversión en él como para atreverse a mirar afuera. Tiene un árbol grande parecido a una lupuna que se deja abrazar en días de lluvia. También tiene un riachuelo que cruza por el lado derecho de la casa hasta el patio trasero. El camino de ingreso a la casa es de piedras, un tanto rústico, pero muy agradable a la vista y al pasar por ahí.
En la casa se encuentra una sala grande también, con vista a la calle y una entrada para cada ambiente de la casa. Tiene muchas fotos de la familia. Es un lugar para reunirse y apreciar cómo va toda la casa.
En la casa se encuentra una sala grande también, con vista a la calle y una entrada para cada ambiente de la casa. Tiene muchas fotos de la familia. Es un lugar para reunirse y apreciar cómo va toda la casa.
La cocina, el centro de los sabores, un lugar apreciado y respetado. Tiene de todas las especias habidas en el mundo y es donde se producen los majares más exquisitos. Ahí se guardan los vegetales que crecen en el jardín delantero y posterior, algunos de los dulces que se encontraron en los dormitorios de arriba escondidos, y también uno que otro regalo culinario que se entregó en la sala. Tiene vista hacia ambos patios. Las reservas de agua para todos los habitantes se encuentran aquí también.
El patio trasero es un poco más pequeño que el patio delantero, sin embargo alberga la recreación para un público distinto, los niños. Y tiene muchos arbustos que lo rodean y son limitados por la misma cerca. El riachuelo los riega y forma pequeñas islas donde los niños disfrutan del sol y de sus aventuras, creyendo encontrar tesoros ocultos y descubriendo nuevas especies de animales.
La casa también tiene un segundo piso donde los habitantes ocupan su tiempo durante la noche. Algunos duermen otros están aún despiertos. Leyendo un libro, haciendo las tareas de la escuela o la universidad y avanzando con proyectos personales. Algunas veces también entretenidos en la computadora con los viedojuegos. Una vez se observó que un telescopio salía de una de sus ventanas para observar las estrellas. Son tres dormitorios que solo están conectados entre sí por un pasadizo azul que lleva al ático.
El ático es un lugar soleado, con mucho por hacer, ahí es donde se guardan los recuerdos tristes y algunos tesoros personales que fueron olvidados con el tiempo. Algún día alguien ordenará el ático. Algún día dejará de ser triste para convertirse en otro espacio de aventuras para los niños.
Esta casa no sólo es mía. Es también tuya. Tiene algunas esquinas con telarañas, uno que otro alimento olvidado en el repostero que se está pudriendo, en los baños tiene fugas de agua, parte del tejado se está cayendo, a veces también alguien se olvida la luz prendida y otro enciende algo de fuego peligroso en un lugar cerrado a escondidas poniendo en peligro a toda la casa. Pero es nuestra casa. Se llama Tierra y sus recintos son nuestros continentes. Después que se derrumbe nuestra casa no nos quedará nada. No tendremos adónde ir.
Aún podemos cuidarla.
¿Te animas a ordenar conmigo nuestra casa?
Feliz Día de la Tierra (Hoy y siempre) 22/04/13.
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