Observó con paciencia los detalles de aquel libro. Análisis de reconocimiento exhaustivo. Sombras y claridades, volúmen y dimensiones, figura y forma. Luego sonrió como contándome un secreto y disfruto de tenerlo entre manos. Me lo mostró con una sonrisa aún mas complacida. Lo dejó caer sobre mis manos y su sonrisa se hizo cómplice de sus pensamientos.
Leo y correspondo a su sonrisa y a su interés inmediato. Un título prometedor, aún mas el diseño de su tapa y el estilo de la fuente. Un trabajo bien hecho, aporte de muchas ideas que se materializaron hasta hacer plausibles los deseos de cada autor que armaba el rompecabezas que teníamos entre manos.
Lunes de tarde. El sol acariciaba el horizonte sobre el mar, éste se sonrojaba por tal espectáculo público. Y nosotros disfrutabamos de la lectura, sin vernos a los ojos, sin tomarnos de las manos, sin besarnos, lo único quenos unía era nuestra sensación de estar presentes. La respiración en nuestros pechos y los sonidos marinos de las gaviotas cantándole alas olas.
Ser. Esa extraña sensación de moverse.
La ciudad a nuestras espaldas llora, grita, se agita, no la oímos, no existe para nosotros en ese momento. Hoy no estamos para nadie y continúa nuestra historia una página mas adelante.
Anochece lento. Las sombras se proyectan por la luz del poste de la calle, acabamos los capítulos para ese día. La sensación de satisfacción está por completarse.
- ¿Cocinamos? - Propone y yo acepto - Faltan estos ingredientes...
Nuestra rutina nos dicta que ella los va a escribir en un papel mientras los menciona en voz alta y yo me pongo los calcetines y los zapatos para ir a la tienda a adquirirlos.
Los traigo en la bolsa blanca de siempre y los pongo sobre la mesa. La rutina sigue su curso. La miro a través de la ventana cómo va recogiendo la ropa seca de los cordeles mientras termino de enjuagar mis manos, llenar y colocar la tetera en la hornilla y regalarle un beso al que ella corresponde con una sonrisa idéntica a la que me regalaba cuando no cumplía la mayoría de edad.
Mientras disfrutamos las tajadas de pizza con nuestros ingredientes preferidos y la taza de manzanilla vamos riendo. Los recuerdos fluyen como sacándolos al azar de una caja llena de fotografías, así de nítidos, así de nostálgicos, asi de vívidos...
*Zch *
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