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Un blog diferente.

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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Fuego.

Cuando se pone así, es insufrible. El metal en ese punto de calor puede partir tus huesos como si fueran tiza y nada pasa en vano, duele. Y la verdad es que duele bastante, más que nada, compañerito.
Pero, si duele tanto, ¿por qué lo han hecho así? No entiendo. Ese procedimiento solo puede tener una finalidad y es la de torturarnos. ¿O no?
No, compañerito, te equivocas profundamente. Tú eres muy joven aún para entenderlo. A la edad que tú tienes todo es tan simple, tan fácil. Mientras más chiquillo, más irresponsable con tus pensamientos, peor con tus palabras. Por eso dices sandeces.
El procedimiento tiene la finalidad de volvernos más fuertes. Por eso nunca hay que esperar a que llegue a estar tan caliente, eso es ilógico. No solo te harás más fuerte; te vas a hacer más rápido.
Y, ¿para qué? ¿Para qué debemos ser más fuertes y, de pronto, más rápidos? Dime tú, compañero, ¿para qué
¡¿Cómo que para qué?! Pues para que puedas sobrevivir. Para que luego no estés dando pena. Deberías agradecer al gobierno y no cuestionarlo.
El gobierno nos pone en una situación contra la pared. Nos da violencia y nos vuelve violentos para defendernos de lo que ellos mismos nos ocasionan.
Y, te has puesto a pensar, cumpita, ¿por qué ellos que tienen todo el poder y encima nos cuidan, quisieran tenernos asustados a todos?, ¿para qué? Si ellos son más fuertes...
Te equivocas, compañero, te equivocas mucho. Nosotros somos más fuertes porque somos más.
Ni siquiera has pasado la prueba del fuego y dices que eres fuerte. ¡Más que ellos, encima! Qué risa me das compañerito.
El fuego que te ponen, el metal caliente no te hace más fuerte. Te mantiene a su merced, a su expectativa. Te vuelve dependiente porque son ellos quienes administran ese terror. Te ponen fuego para debilitarte, para que te sepas inferior en todo sentido, para que no digas nada, para embrutecerte. Y te ponen en un medio adverso para que no tengas a dónde ir, para que mueras en el intento. Ellos no te cuidan, ellos nos condenan.
Estás pensando mucho, compañerito. Los chicos a tu edad están mirando televisión, están enamorándose, quizás reproduciéndose, los demás compañeritos están en pos de una moda. Sigue la tendencia, compañerito, no vaya a ser que te pongan el fierro más caliente y te mueras.

Ya no. Seguro alguien en alguna parte está pensando como yo. Y quizás somos algunos los incómodos. Y quizás hemos despertado y, quizás, esto se acabó. Pero no voy a esperar a que una duda se resuelva sola. Prefiero el fuego extremo que me mate de una a vivir quemado por años, que me maten por partes y me arranquen las esperanzas. Como no quiero quedar como tú, elijo ser diferente, muy a pesar de cualquier fuego.

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