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Un blog diferente.

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miércoles, 15 de enero de 2014

La Maga

Supongo que la Maga de Cortázar es la Flaca de Calamaro, de Jarabe de Palo; la Maga es como ella y esas diferentes féminas que nacen al azar cada cierto tiempo para encantar a los varones más rígidos y contagiarles su locura. Y así volver más felices a todos.

La Maga también estuvo en Miraflores esa vez. Y yo fui con ella, fue un cóctel de risas y anécdotas, confesiones y una pizca delicada de sinvergüencería lo que nos bebimos hasta quedar envueltos en nuestro pasado común que nos restregaba en la cara que hagamos lo que hagamos, nunca seríamos el uno para el otro, pero que tampoco existíamos para ser felices sin nuestras compañías. No estábamos enamorados, nunca lo estuvimos. Nos deseábamos como se desea una fruta detrás del mostrador, como una manzana jugosa, helada que reposa brillante detrás del vidrio que la separa del calor veraniego de afuera; muy deseada, pero intocable. Claro, ni modo que te atrevas.

Y si te atreves, la haces linda.

Pero hacerla linda no siempre es lo mejor, ni siquiera es lo debido. Y en la limeñísima y muy debida sociedad que nos sonríe, muy hipócrita ella, lo debido no es lo hecho, es lo enrostrado.

Hagamos lo indebido y vistámonos de lo debido. Me provocó acaso decirle. Pero no, estaba la muchacha enrojecida y un poco disipada por el sabor a menta, muerta de risa, hablando tantas tonterías como le fuera posible a su creativa mente decir. El malecón, los postes, Larcomar, el puente, los puentes, los temblores, las rocas, el cielo, la luz, el amanecer, el anochecer, hasta el color de sus ojos, hasta que la quiero tanto que no puedo enamorarme de ella, hasta que es tan guapa, hasta que ojalá todo fuera diferente, hasta que su risa se le pase y mi asombro pase a la preocupación.

La Maga tiene el poder de descolocarme. Y por eso me encanta. Me encanta como encanta el café caliente, caliente. Me encanta, pero solo lo tomo en invierno. No es permanente, pero sí para siempre. Claro, no se ama el café, solo te encanta.

La Maga alista sus cosas en el hotel de la vuelta de Barranco, se va. Siempre se tiene que ir y algún día volver. Siempre tiene que volver y algún día volver a irse. No la espero, pero tampoco la ignoro. Va a tener un buen viaje, estoy seguro. En su próxima exposición de piezas artísticas va a presentar las esculturas de los sueños que ha tenido, dice que ha hecho una escultura de una bola redonda y plateada. Sí, no tiene sentido. 


No tiene sentido y por eso es la Maga y por eso me encanta.

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